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Crónica de un colapso anunciado

Fernando Oropeza

13/junio/2022

Foto: @SGIRPC_CDMX (Vía Twitter)


El techo era un mero formalismo. Las goteras abarcaban prácticamente toda la tienda departamenta. Entre el desconcierto y la ironía, me encontraba bromeando con el del jamón: “¡No sabía que debía traer aletas!”, dije con extrañeza… nunca había visto algo semejante. “Vamos a salir nadando”, respondió el que despachaba.


Justo cuando recibía lo que había solicitado, un estrepitoso ruido asaltó la calma de los clientes; volteamos preocupados. Sí, el techo estaba desplomándose.


Gritos, lágrimas e instinto de supervivencia. Absolutamente todas las personas que tenía a mi alrededor demostraban su capacidad atlética, corriendo con una velocidad olímpica.


Nos reunimos en la esquina izquierda del fondo del supermercado. Algunos de los trabajadores reaccionaron ante la evidente crisis y decidieron abrir el acceso que ellos tienen. Nos sacaron por el área de descarga.


Al salir el panorama era sorprendente. Las calles eran blancas, dado que el granizo había abarcado cada parte del sitio. Un halo de alivio al saber que si se caía todo el supermercado, ya no me tocaría recibir las losas. Corrimos por las calles. Intentamos volver al estacionamiento lo antes posible para estar lejos de ese lugar. Cuando llegamos, nos encontramos con otro desencanto.

Uno de los trabajadores bloqueaba el acceso. Ante ello, grité enojado: “¡Se está cayendo el súper, ¿cómo se le ocurre obstruir las salidas? ¡Todos quieren irse de aquí para ponerse a salvo!". Reaccionó. Abordé la camioneta con mi familia y cuando íbamos a salir una señora pedía los boletos.


Mi madre le recriminó que no se comportaron a la altura de las circunstancias, pues, en ese momento, muchas personas creíamos que habría muertos. Acto seguido, nos alejamos de la zona. Tardó en darse a conocer la noticia a través de las redes sociales. La negligencia de Soriana y su falta de capacidad de respuesta fueron evidentes. Es duro decirlo, pero cada quien se salvó por mero instinto.


Yo voy regularmente a ese centro comercial; cuando hay lluvia, siempre hay goteras. ¿Cuál va a ser su justificación?, no puede haber ninguna. Son unos completos irresponsables. Era el inicio de un colapso anunciado.

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