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Una vez más, temporada de incendios en Michoacán

“La temporada de incendios y sequía ha vuelto al estado mexicano de Michoacán. Los bosques michoacanos, uno de los principales pulmones del país, se consume ante las malas políticas gubernamentales, el saqueo de agua y la existencia de grupos criminales que controlan las exportaciones agrícolas”.

Foto: Gobierno de Michoacán, uno de los helicópteros destinado por la nueva administración al combate de incendios.


4 de mayo de 2020


Michoacán es una tierra fértil, hogar de dos de los tres grandes lagos del país –uno de los cuales agoniza por la indiferencia del gobierno– y cubierta de bosques templados que son el hábitat de la mariposa monarca. Durante los seis años de gobierno del perredista Silvano Aureoles Conejo (2015-2021) la situación ambiental del estado cayó en franco deterioro alcanzando su cúspide el año pasado cuando la sociedad civil debió movilizarse para salvar los bosques ante la pasividad de la administración estatal.


Con la llegada al poder del morenista Alfredo Ramírez Bedolla hubo cierta esperanza de que el gobierno estatal respondiera a las reivindicaciones ambientales de las y los michoacanos. No obstante, dos hechos diluyeron rápidamente la perspectiva de una administración comprometida con la ecología. El primero, la excesiva lealtad del ejecutivo estatal con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuya dicotomía alta política – baja política (mediante la cual destierra al cuidado del medio ambiente a la periferia) es de sobra conocida. La segunda, el nombramiento de un empresario señalado como responsable de ecocidio en las inmediaciones de Morelia – Alejandro Méndez López– como el nuevo secretario de Medio Ambiente.


Ante la llegada de la primavera y la inminente entrada del verano la sequía ha hecho su aparición en Michoacán. Las altas temperaturas que tradicionalmente azotan el estado se ven exacerbadas por el cambio climático global y por el saqueo de agua que ejecutan las refresqueras y demás corporaciones. La nula conciencia ambiental de la generalidad de la población se combina con el aumento de la temperatura, la desigualdad social (que margina a los agricultores), la presencia de grupos del crimen organizado y con la pasividad del gobierno tanto estatal como federal para crear un explosivo cóctel de incendios forestales.


Los bosques en los montes alrededor de Morelia, como por ejemplo el cerro del Quinceo, han sufrido incendios los últimos días y la calidad del aire en la capital se deteriora rápidamente. Fotos compartidas en redes sociales, como la de Marco Santoyo, muestran un valle con el cielo gris.


Si bien la política ambiental del morenista Alfredo Ramírez Bedolla dista mucho de ser ecológica y aún menos sostenible hay un par de aciertos que deben ser reconocidos. Los helicópteros que la administración de Silvano Aureoles utilizaba para recorridos personales y privados han sido desplegados para el combate de incendios bajo las órdenes de Bedolla. Durante el incendio de la zona boscosa del sur de Uruapan se anunció una operación conjunta de los tres niveles de gobierno.


Así mismo, en relación con el año pasado el número de oficiales combatiendo los incendios ha aumentado significativamente. Las malas relaciones de Aureoles Conejo con el gobierno de López Obrador le impedían acceder a los cuerpos federales y la corrupción e indiferencia de sus propios organismos internos dificultaban el despliegue y las labores de prevención y combate de fuegos. Este año, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Michoacán están ejecutando labores conjuntas para sofocar incendios forestales.


Mención especial merece la presidencia municipal de Ziracuaretiro –encabezada por Itzel Gaona– que logró la coordinación de la Guardia Nacional, el Ejército, la Brigada 620 y distintas asociaciones civiles, voluntarios y ejidatarios. La inclusión de la sociedad civil, ejidatarios y pobladores indígenas de la Michoacán permite el desarrollo de una muy necesaria conciencia ambiental, así como la reparación den un tejido social sumamente dañado por la desconfianza hacia las autoridades.


En suma, si bien el panorama para este año del Estado de Michoacán es mejor que el anterior –en gran parte por la alternancia en el poder estatal– aún dista de ser suficiente para combatir la actual crisis ambiental. Es cada vez más importante que la sociedad civil exija asertivamente a nuestros representantes tomar decisiones difíciles para cuidar el medio ambiente. Una de estas, discutida en un artículo anterior, es la necesidad de limitar el uso de agua de las refresqueras, embotelladoras y cerveceras.


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