Las historias de quienes regresan de la muerte nos hacen constar de que existe un puente, un laberinto o quizás un campo antes de despedirse de este mundo; es quizás el espacio de espera para quienes aferran el alma a la tierra o el corazón a otro corazón. Lo cierto es que pocos tienen la osadía de contarlo y la fortaleza de vivirlo
Quetzalli Ortiz
22/abril/2022
Foto: Netflix
Entre la vida y la muerte es una película recién estrenada en la plataforma de Netflix, protagonizada por Joey King en el papel de Tessa, y junto a su coprotagonista Kyle Allen en el papel de Skylar. Una película romántica con toques variados de ciencia ficción, bajo el guión de Marc Klein y dirigida por Arie Posin; además de estar basada en la novela juvenil del mismo guionista.
Tessa —una chica fascinada por la fotografía análoga—, con un potencial que en más de una ocasión es referido como único, de pronto se encuentra con Skylar, un joven políglota que se ofrece a traducir una película francesa mientas ocurre su primer encuentro. A lo largo de los días, se concreta más de un encuentro hasta que llegan a ser pareja. Repentinamente, sufren un accidente donde Skylar pierde la vida y a Tessa se le hace añicos el corazón, y no, no me refiero a que, metafóricamente, su corazón queda destrozado por la pérdida de Sky.
De cierto modo, los primeros minutos te llevan a coincidir en la idea de que encuentras frente a la producción de Si decido quedarme; y es que lejos de lo absurdo que parece el negarte a compartir tu trabajo, o el mostrar una migaja de cariño por alguien más, no ves más allá de una historia de romance incapaz de despegarse de todo lo cliché que puede llegar a ser una historia de amor, porque sí, “chico conoce a chica, y ambos se enamoran”.
Si dejamos de lado la idea cliché, que puede llegar a repetirse la misma historia con nombre diferentes, vale la pena preguntarse por qué se colocó dentro del Top 10, y quizás la respuesta sea sencilla: un público adolescente que logra empatizar con la historia. Pero veamos un poco más.
Lo primero que me salta a la mente es el hecho de conectar a la fotografía con el recorrido de Tessa para encontrar su estilo fotográfico. Igualmente la secuencia final, estupenda en cuanto a narración, donde Tessa se centra en explicar el significado del estilo fotográfico a través de su conexión con Skylar desde el más allá.
Foto: Vogue
Si bien es ciencia ficción, se entiende que la fotografía se presenta como el medio para dar a conocer el mensaje, puesto que la cámara fotográfica es la única capaz de ver lo que está limitado por la velocidad, del parpadeo, de los ojos; una manera sencilla de cambiarle el sentido de la narrativa y justificar bajo una premisa las razones por las cuáles Skylar aferra el alma a ese tránsito Entre la vida y la muerte.
Con elementos extradiegéticos y con una saturación fría en cuanto a paleta de colores, es el motivo de la producción para referir a los hechos del presente para envolverte en una atmósfera de soledad y de pérdida. La calidez se adquiere cuando Skylar y Tessa se encuentran y realizan un viaje a través del tiempo, sin presiones y con deseos de recorrer cada ciudad posible; sin olvidar los flashback y los flash-forward para situarte entre el futuro y el pasado.
Lo he dicho: es una historia romántica sin cambios en cuanto a narrativa. Es un mismo formato que no te ofrece más, pero el valor se encuentra tanto en la actuación de Joey, como en la idea en la integrar de la fotografía sobre un discurso de expresión y un significado en cuanto a estilo fotográfico.