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En boca de pocos: Dios condene a América

9 de marzo 2023

Por: Jaime Ortiz

Imagen: Jaime Ortíz


El martes 7 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo una llamada con Américo Villarreal, gobernador de Tamaulipas. En ésta se actualizaron detalles sobre el caso de cuatro ciudadanos estadounidenses secuestrados en la ciudad de Matamoros, donde se confirmó la muerte de dos de ellos, presuntamente a manos del Cártel del Golfo. El hecho sería el detonante de una serie de pronunciamientos por parte de la administración del presidente estadounidense Joseph Biden, donde se señaló la ineficiencia de la lucha del gobierno mexicano contra el narcotráfico.


Ken Salazar, embajador de los Estados Unidos en México, se pronunció al respecto, pues lamentó el crimen ocurrido en Tamaulipas, así como también enfatizó en la necesidad que tienen ambas naciones de frenar el poderío del Narco.


Por otra parte, Dan Crenshaw, congresista republicano de Texas, señaló que el problema del fentanilo no es un problema de consumo de drogas, sino una cuestión de envenenamiento a la población de EUA por parte de los cárteles, en específico de más de 70,000 ciudadanos por año. Por lo que la negación de la ayuda estadounidense sería un acto de encubrimiento por parte del gobierno mexicano.


Esta mañana, desde la conferencia hecha por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde el faraónico “Bunker” de García Luna, el mandatario respondería


"Nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero y mucho menos que intervengan Fuerzas Armadas de un Gobierno extranjero en nuestro territorio".


En esta lógica neocolonial estadounidense de “si no estás conmigo estás contra mí”, cabe preguntarse si el tráfico de fentanilo es culpa solamente de una nación productora y no de la consumidora. Pues entenderemos que el producto no se distribuiría si no hay demanda, una estructura operativa funcional y canales distributivos adecuados, todos ellos en suelos estadounidenses. Permitiendo que el “producto” llegue hasta las manos de los clientes. Por lo que me parece que la narrativa en que México es una tierra condenada al “gobierno frágil” inoperante, no es del todo cierta a la luz de los esfuerzos de la seguridad de EE.UU.


La tecnificación de los grupos delictivos se han generado por condiciones que permiten proliferar su dominio en ciertos territorios, entre esas condiciones están los distribuidores de armas, pues es más que sabido que en este ámbito, las operaciones de venta de armamento estadounidense a los cárteles ha estado lleno de escándalos por lo menos desde 2006 con la “Operación Wide Receiver” o una de los más conocidos, la “Operación Rápido y Furioso”.


Si revisamos la Estrategia de ⁠Seguridad Nacional del gobierno Biden-Harris publicada a mediados del 2022, podremos darnos cuenta de distintos puntos que concentran el interés de Estados Unidos en sus relaciones diplomáticas, económicas y bélicas, todos ellos bajo la opacidad de la secrecía que implica la Seguridad. Entre los ejes más destacables se menciona que hay desafíos dentro de países cuya gobernabilidad es frágil, y de influyentes actores no estatales que tienen la capacidad de perturbar los intereses estadounidenses. El terrorismo y el extremismo violento, tanto nacional como internacional, siguen siendo amenazas importantes. Pero, a pesar de estos grandes desafíos, las ventajas duraderas de los Estados Unidos, en todas las formas y dimensiones de su poder, permiten dar forma al futuro de la política internacional para promover sus intereses y valores.


En este contexto, la categorización de actores y eventos criminales es fundamental, pues una palabra puede dar entrada al intervencionismo de Estados Unidos en otros territorios, violando la gobernabilidad y soberanía de otras naciones; tal es el caso del terrorismo.


Para ofrecer un ejemplo de dominación estadounidense justificado en el combate al terrorismo, cabe recuperar uno de los episodios bélicos que incluso es mencionado en la Estrategia Biden-Harris, la ocupación de E.U. en Afganistán y su retirada en 2021. Según la estrategia, los Estados Unidos no se enfrascan en guerras interminables que han costado cientos de vidas y trillones de dólares. Se tiene la responsabilidad de poner fin de manera responsable a la guerra más larga de Estados Unidos en Afganistán al tiempo que garantiza que Afganistán no vuelva a convertirse en un refugio seguro para terroristas y ataques contra los Estados Unidos. En otros lugares, se posiciona para disuadir a sus adversarios trabajando junto a socios, teniendo una presencia más sólida en el Indo-Pacífico y Europa. En Oriente Medio, se dimensiona correctamente la presencia militar para interrumpir las redes terroristas internacionales, disuadir la agresión iraní y proteger otros intereses vitales de los Estados Unidos. Es más que evidente que esos “intereses vitales” no confesos van más allá de la prevención de ataques a EE.UU y se inclinan más por buscar beneficios económicos antes que la verdadera protección de sus ciudadanos.


En México fuimos testigos de los primeros atisbos intervencionistas en 2019, cuando desafortunadamente presuntos miembros del crimen organizado asesinaron a un grupo de 9 personas, incluyendo mujeres y niños, pertenecientes a la familia méxico-estadounidense de credo mormón LeBaron​ en el noreste del estado de Sonora, cerca de Chihuahua. El entonces presidente Donald Trump se manifestaría en contra del “gobierno debil” de México, exigiendo que México le declare la guerra a los terroristas de los cárteles de la droga, ofreciendo que


"Si México necesita o solicita ayuda para limpiar estos monstruos, Estados Unidos está listo, dispuesto y capaz de involucrarse y hacer el trabajo de manera rápida y efectiva".


El presidente de México Andrés Manuel López Obrador lamentó lo ocurrido, ofreció sus condolencias a los familiares y se comprometió a que habría justicia por dichos hechos, mencionando que agradecía el apoyo de Trump pero al mismo tiempo rechazó cualquier posibilidad de ayuda directa.


Tras las declaraciones expuestas y con los antecedentes mencionados. En la “menos peor” de las intenciones, las recientes acusaciones del gobierno estadounidense parecieran apostar más por ganar simpatizantes en la construcción de una narrativa fuerte de cara a las elecciones del próximo año. Mera retórica populachera que apunta el dedo a soluciones fáciles y falaces a problemas complejos.


Mientras que en la “más preocupante” de las intenciones estaríamos frente a una declaración intervencionista clara de Estados Unidos por asumir total control político, económico, social y hasta cultural de México. Llevándose por delante las ya de por sí atropelladas organizaciones internacionales mercenarias que, estoy seguro, se harían de la vista gorda ante esa posibilidad. No por nada el presidente Andrés Manuel se burló de manera irónica de la Organización de los Estados Americanos, cantando:


"Cómo no me voy a reír de la OEA, que es una cosa tan fea, tan fea que causa risa, jajajajaja. Vámonos a desayunar, adiós"


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