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Lucha anticorrupción

Por: Alexis Aguilar

9 de diciembre del 2022


Foto por:Twitter


La destitución de Pedro Castillo en Perú ha sido básicamente el pan de cada día en el país andino. Pareciera que Perú esta inmerso en una crisis política perpetúa desde el presidente Alejandro Toledo quien presidió al país sudamericano en 2001 hasta ahora, Perú no logra conocer la estabilidad política, pues, aunque los presidentes sean de derecha o izquierda; de linaje político o de origen indígena. Los casos de corrupción siguen a los funcionarios políticos como un defecto inherente a la figura.


Hace unos años creíamos que la estabilidad política al fin llegaba a Perú con la llegada al poder de Martin Vizcarra, quien persiguió a los involucrados en el caso Oderbrecht-Lava Jato, incluyendo a cuatro ex presidentes, uno de ellos su predecesor, y a la líder del partido más fuerte del país, Keiko Fujimori.


Sin embargo, los casos de corrupción en su contra lo alcanzaron hasta llevar a su destitución. Perú logro una paz política incierta cuando entraron los presidentes interinos; Manuel Merino y Francisco Sagasti.

Un año más tarde, se pensaba que la democracia había ganado. Que se había encontrado la esperanza que Perú buscaba y que encontró en un maestro de origen indígena que llegaría a la presidencia y llevaría a la estabilidad política, económica y social al país andino. Pero esto no fue así, esta semana se volvió a destituir a un presidente en Perú. 


Este caso particular de Perú es un caso pragmático sobre la lucha contra la corrupción que hace que me pregunte: ¿si es una lucha real?, pues pareciera que quien se pone en el mapa para ostentar el poder político esta intrínsecamente manchado por la corrupción, y me parece que esto es real.

Nadie se salva, todos tienen una o más historias que contar sobre su carrera política, sean de izquierda o sean de derecha. Por ejemplo, en Perú se ha luchado incansablemente contra la corrupción durante muchos años, y no han logrado conseguir nada, siguen sumidos en una inestabilidad política duradera, incluso, ha causado no sólo que haya políticos de peso en la cárcel, sino que además haya un expresidente muerto por suicidio.


Me pregunto, que pasa con los demás países que siguen esta lucha y no tienen algún tipo de inestabilidad, en la cual los presidentes no duran el tiempo constitucional de su gestión. ¿Logran vencer a la corrupción o se convierten en cómplices cautivos por sus intereses?


Este caso en Perú creo que nos invita a reflexionar sobre la lucha (al menos continental) contra la corrupción, si esta es real o solamente se queda en los discursos electorales de los políticos.


Por otra parte, la destitución de Pedro Castillo no me parece una coincidencia en el escenario internacional, pues en la misma semana en Argentina enjuiciaron a 6 años de prisión e inhabilitación perpetúa de un puesto público a la vicepresidenta, Christina Fernández de Kirchner.


Justo cuando la región experimenta una simetría ideológica entre los lideres de los países latinoaméricanos, se empiezan a tomar decisiones en casos de corrupción sobre estos. Apenas unas semanas después de que uno de los lideres izquierdistas más pragmáticos de la región (Lula Da Silva) llegará al poder en Brasil, uno de los países más fuerte de Latinoamérica.


Esto simplemente no me parece coincidencia, especialmente cuando experimentamos una sutil guerra fría entre Rusia (con su guerra expansionista en Ucrania) y los países occidentales. 


En conclusión, habrá que espera a ver como se desenvuelve este polémico escenario en Perú, y a esperar si hay algún otro líder político de izquierda que cae, o si estos empiezan a caer como domino.


Las opiniones y puntos de vista expresados son responsabilidad única y exclusivamente del autor o autora en cuestión. Contraapunte Group se deslinda totalmente de la información y los planteamientos vertidos en esta columna de opinión

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